En su último congreso realizado del 25 al 28 de mayo de 2016, la CEPA modificó sus Estatutos, pasando a tener un alcance internacional bajo la denominación de “CEPA - ASOCIACIÓN ESPÍRITA INTERNACIONAL”. El XXII Congreso de la CEPA tuvo
lugar en la ciudad de Rosario, Argentina, marcando el término de la segunda gestión del argentino Dante López, y la elección de la jueza en Derecho, Jacira Jacinto da Silva, de São Paulo-SP, Brasil, como presidenta, para el período 2016/2020; quedando, por lo tanto, establecida la sede de dicho organismo en Brasil, durante ese cuatrienio.
Jacira Jacinto da Silva es autora del libro “Criminalidad: ¿Educar o castigar?”, fruto de la vivencia que experimentó en el presidio cuando actuaba como corregidora de presidios en la comarca de Birigui, SP.
Jacira recibe el cariño se su marido Mauro.De cuna espírita, de pequeña participó de lo que en su época se llamaba catecismo espírita (actualmente Educación Espírita Infantil). También participó de la juventud espírita y fue dirigente de grupos de estudios juveniles. Está casada con el Profesor Mauro Spínola; fue presidenta de CEPAmigos (Asociación de Delegados y Amigos de Cepa en Brasil), hoy denominada CEPABrasil, en los mandatos 2005/2007 y 2007/2009. Siempre estuvo presente y actuante en los grandes encuentros espíritas del segmento laico y librepensador, como los “Foros del Libre Pensar Espírita”, “Encuentros Nacionales de CEPABrasil”, “Congresos Espíritas Panamericanos de la CEPA”, así como en los “Encuentros Espíritas Iberoamericanos”. Es miembro del CPDoc (Centro de Investigación y Documentación Espírita), y participa del Centro de Estudios Espíritas José Herculano Pires, en São Paulo-SP.
En Birigui, fue fundadora de la APAC, inicialmente denominada Asociación de Protección y Asistencia Carcelaria y posteriormente Asociación de Promoción y Asistencia Comunitaria, ello porque el trabajo que empezó en el interior de una cárcel, se amplió, generando la construcción de un Centro de Resocialización de presos, conteniendo talleres, escuelas oficiales de enseñanza y otras actividades culturales; poseía otros departamentos fuera de la prisión, otras células, como el apoyo a los expresidarios; el instituto de promoción e inclusión social, que se dedicaba a los niños, hijas, nietas y familiares de los presos y de la comunidad más involucrada con el tráfico de drogas, trabajo de apoyo a los jóvenes en conflicto con la ley, apoyo a las víctimas, etc.
En la ciudad paulista de Bragança, ayudó a fundar el ECOA – Espacio Comunitario de Aprendizaje, dedicado al cuidado de niños que vivían en extrema vulnerabilidad social. Durante los seis años que vivió allá, se dedicó a apoyar ese trabajo, que continuó a su salida, al igual que el de Birigui.
En São Paulo, se reunía con un grupo de personas próximas, la mayoría espíritas, pero no todas, para hacer política pública de calidad sin ninguna participación con política partidaria. En medio de tantas necesidades sociales, escogieron trabajar con la temática de dependencia química, a través de la Fundación Puerta Abierta, que se dedica a la calificación profesional y personal y de inserción en el mercado de trabajo de la persona que ya pasó por un tratamiento de dependencia química, sea en una clínica, comunidad terapéutica, hospital psiquiátrico, o CAPS-ad (centros de atención psicosocial en alcohol y drogas).