Con el debilitamiento del Espiritismo en Europa y la desaparición de los principales periódicos espíritas de lengua española, -pues antes España proporcionaba normalmente revistas, libros y material doctrinario a las instituciones y comunidades espíritas de América Latina-, un grupo de
líderes argentinos, preocupados con la organización del movimiento espírita en el Continente Americano, propuso, en 1939, durante el III Congreso Interno de la Confederación Espírita Argentina, la creación de una institución representativa de los espiritistas de ese continente, inicialmente denominada Liga Espiritista Panamericana.
La deliberación se empieza a concretar, cuando en 1940, los argentinos Hugo Nale, Humberto Mariotti y Naum Kreiman, pasaron a liderar un proyecto, con el aval de la Junta Directiva de la Confederación Espírita Argentina. Dicho proyecto incluía que la fundación de la nueva entidad representativa, sería discutida y ejecutada durante el I Congreso Espírita Panamericano, a realizar en 1943. Esa propuesta sugirió la adopción del nombre Federación Espírita de las Américas, y de la sigla FEDA para la nueva institución.
No obstante, debido a los problemas ocasionados por el transcurrir de los conflictos de la Segunda Guerra Mundial, la realización del I Congreso Espírita Panamericano fue posponiéndose. Solamente en 1946, después del fin de la guerra, fue posible realizar el tan esperado congreso, durante los días 5 al 13 de octubre, en Buenos Aires, Argentina, ocasión que contó con la participación de delegados de diversos países latinoamericanos.
En ese congreso, finalmente, el sueño de los espiritistas americanos se ve realizado con la fundación de la primera entidad espírita de carácter internacional de las Américas, que a diferencia de las propuestas anteriores, recibió el nombre de Confederación Espírita Panamericana, siendo adoptada la sigla CEPA. El Congreso además tomó la decisión de adoptar la cepa de la vid como símbolo de la CEPA, la misma utilizada por Kardec para identificar el espiritismo. Durante dicho evento, también fue elegido el primer presidente de la CEPA, el ingeniero argentino José Salvador Fernández.
Adoptando en su Estatuto un programa de integración del Espiritismo Latinoamericano, dentro de un programa mínimo de objetivos comunes, la CEPA inició su marcha rumbo al progreso de las ideas espíritas, a través de la realización de congresos y conferencias periódicas en diversos países del continente. Desde su fundación, la CEPA promovió la realización de 22 congresos y 15 conferencias regionales.
En 2016, setenta años después de su fundación, atendiendo a los insistentes clamores, principalmente de la comunidad espiritista europea, identificada con el carácter laico y librepensador de la Doctrina Espírita, la CEPA modificó sus Estatutos, transformándose en CEPA – Asociación Espírita Internacional, siendo mantenida la sigla original “CEPA”.