Guillermina Massanet Rivera de Fermaintt, fue, sin lugar a dudas, en el siglo pasado, el nombre más importante del Espiritismo, en Puerto Rico; destacando por su dedicación en pro de la vivencia de un Espiritismo con características más fieles a la obra de Allan Kardec.
Nacida en 1894, en el pueblo de Arroyo, Guillermina, siendo aún joven, se trasladó a vivir a la capital, San Juan, con el fin de completar sus estudios. Formada en Magisterio por la Universidad de Puerto Rico, se dedicó a la carrera de profesora durante muchos años. Entre la sociedad puertorriqueña, también fue conocida por su participación en acciones sociales y culturales. En lo que respecta a su vida personal, se casó con Benigno Fermaintt, de cuyo matrimonio nacieron tres hijos.
Su importante actuación en el movimiento espírita puertorriqueño, la llevó a ocupar, en 1946, durante la gestión de Luis Sánchez, el cargo de vicepresidente de la Federación de Espiritistas de Puerto Rico (FEPR).
En ese mismo año, Sánchez y Guillermina, estuvieron presentes en el I Congreso Espírita Panamericano, celebrado en Buenos Aires, Argentina, año en que la Cepa (Confederación Espírita Panamericana), fue fundada, haciendo oficial la adhesión de la FEPR a la nueva institución internacional. Al cabo de un tiempo, después de la renuncia de Sánchez, Guillermina asumió la presidencia de la FEPR, cuyo cargo ocupó hasta 1970.
En 1957, se convirtió en la primera mujer en ser elegida presidente de la CEPA, asumiendo el mandato hasta 1960.
Al hacerse cargo de dicha presidencia, Guillermina encontró una institución dividida entre aquellos que concordaban y los que eran contrarios a la definición de un Espiritismo eminentemente científico y sin carácter religioso, postura ésta adoptada por la CEPA, en años anteriores. Buscando una unidad y un tono conciliador, su administración estuvo marcada por la elaboración de un nuevo estatuto que disminuyó las diferencias.
Más tarde, en 1969, Guillermina actuó como presidente del VIII Congreso Espírita Panamericano, celebrado en la capital puertorriqueña de San Juan.
En 1977 Guillermina, en compañía de otras mujeres, recorrió todo el territorio de Puerto Rico, realizando visitas en diversas sociedades espiritistas, buscando apoyo y contribución para la fundación de la Asociación de Mujeres Espiritistas Puertorriqueñas en Acción (AMEPA). Su tarea fue un éxito y, el 17 de marzo de 1977, la AMEPA fue fundada, siendo elegida su primera presidenta.
Su retorno a la patria espiritual tuvo lugar en 1984, cuando contaba 90 años de edad.
Por su contribución al desarrollo del Espiritismo laico y librepensador, Guillermina siempre fue recordada en varias ocasiones importantes de la historia de la CEPA. En 2008, por ejemplo, la Comisión Organizadora del XX Congreso Espírita Panamericano, celebrado en Puerto Rico, decidió dedicar el evento a su memoria. La actual presidenta de CEPA (ahora, Asociación Espírita Internacional), Jacira Jacinto da Silva, también hizo hincapié en recordar su significativo rol, en un artículo publicado en el periódico “América Espírita”, en su edición de junio de 2016.
La importancia de la divulgación del Espiritismo, en su real naturaleza, amparado por la codificación kardecista, exento de sincretismos y mistificaciones, como factor necesario a su sobrevivencia, fue la gran contribución de Guillermina Massanet de Fermaintt al movimiento espírita puertorriqueño y latinoamericano.