1.¿Cuándo y por qué fue creado elMovimiento CEPA? ¿Cuáles fueron los países interesados?
Jon -La Confederación Espírita Panamericana (CEPA) nació en Buenos Aires, Argentina, el 13 de octubre de 1946. Su creación respondió a la necesidad de reunir y organizar las sociedades y federaciones espíritas que permanecían activas en diversos países latinoamericanos, una vez que en Europa el movimiento espiritista se había reducido considerablemente como consecuencia de la guerra civil española y la segunda guerra mundial. Habían desaparecido las instituciones y las publicaciones espíritas, habían fallecido casi todos los líderes y el pesimismo dominaba el ambiente psicológico en la sociedad.
La iniciativa de crear la CEPA correspondió principalmente a los dirigentes de la Confederación Espiritista Argentina, quienes preocupados por la suerte del movimiento espírita consideraron que se debía reiniciar el esfuerzo organizativo por los países americanos, menos afectados por los conflictos bélicos que los europeos. A través de su órgano divulgativo “La Idea” se dieron a la tarea de convocar a los espiritistas de todo el continente americano que pudieran participar en el Primer Congreso para que acudieran a Buenos Aires, y a este llamado respondieron positivamente la Federación de los Espiritistas de Puerto Rico, la Confederación Espiritista de Cuba, la Liga Espírita de Brasil y diversas agrupaciones de Suramérica y Centroamérica. Paulatinamente, en los años que siguieron y hasta la actualidad, se fueron sumando numerosas instituciones y personas, de todo el continente americano y de algunos países europeos´, a la ahora denominada CEPA-Asociación Espírita Internacional. Se han realizado 23 Congresos, el más reciente fue celebrado en España en 2021, y el Congreso 24 se reunirá en San Juan de Puerto Rico.
2. ¿En qué se diferencia la CEPA de otros movimientos espíritas? ¿Hay divergencias relativas a cuestiones de fondo importantes?
Jon -Conviene siempre distinguir al espiritismo, que asumimos como la doctrina fundada, codificada y sistematizada por Allan Kardec, de aquellas corrientes o tendencias que se presentan indebidamente como espiritistas, tal es el caso de los sincretismos afrocatólicos que poseen un fuerte componente mediúmnico y lo exhiben en medio de ceremonias religiosas de muy variada procedencia. Igual hay que marcar las distancias correspondientes ante el espiritualismo anglosajón y a otros movimientos paralelos que no se fundamentan en las bases establecidas por Kardec.
Ahora bien, con respecto al movimiento espiritista kardecista, existe una concordancia esencial en lo relativo al reconocimiento de los postulados básicos: Dios, supervivencia espiritual tras la muerte, evolución, reencarnación, mediumnidad, pluralidad de mundos habitados. También hay acuerdo en el reconocimiento de los textos escritos por Kardec con el asesoramiento de espíritus de alta sabiduría como los pilares básicos de la doctrina espírita.
Pero hay diferencias y son significativas. Una de las principales está centrada en la discusión acerca de si el espiritismo es o no una religión, cuestión que ya surgió en el siglo XIX y fue examinada por el fundador. La CEPA concibe al espiritismo como una “filosofía científica de consecuencias morales”, y estas son palabras textuales de Kardec. En otros movimientos se difunde la concepción, que tiene su epicentro en Brasil, de un espiritismo religioso, específicamente cristiano. Esta no es una diferencia semántica o superficial, ya que permea a la visión general que surge del espiritismo con respecto a los conceptos de Dios, del universo, de la evolución, de la vida, del ser humano y de la sociedad. Para el espiritismo denominado cristiano la gran misión se centra en la evangelización; para la CEPA la gran tarea es la educación espiritual, intelectual y moral. Por supuesto, hay muchas otras diferencias relacionadas con la interpretación espiritista de la realidad material y espiritual, partiendo de la necesidad de actualizar el pensamiento kardecista ante los avances de la ciencia y la cultura.
3. ¿Cuáles son hoy los principales objetivos de la Asociación Espírita Internacional CEPA?
Jon -En cierto modo, mutatis mutandis, los objetivos ahora son los mismos de sus orígenes:
- divulgar la doctrina espírita siguiendo las pautas racionalistas establecidas por Kardec empleando todos los medios de comunicación disponibles;
- fomentar el estudio del espiritismo y sus relaciones con el pensamiento científico y filosófico conforme a programas pedagógicos y tomando como punto de partida El libro de los espíritus;
- organizar las instituciones espíritas afiliadas como entidades de carácter civil, con fines culturales y de apoyo social;
- promover la práctica de la mediumnidad, del magnetismo y otras facultades psíquicas, conforme a normas racionales y éticas derivadas de las orientaciones contenidas en El libro de los médiums;
- realizar Congresos, nacionales e internacionales para facilitar el intercambio de ideas, conocimientos y experiencias que sirvan a la confirmación de las tesis espíritas y a su permanente actualización;
- mantener relaciones fraternales con todas las instituciones espíritas dentro de los principios de autonomía y respeto a la libertad de pensamiento y de expresión.
- difundir los fundamentos doctrinarios e históricos del espiritismo laico, librepensador, humanista, racionalista, dialéctico, plural, progresivo y progresista.
4. Cuando hablas de la dialéctica referente al espiritismo, -asunto que has tratado en conferencias y libros sobre Manuel Porteiro-, ¿Qué significa exactamente este concepto de dialéctica dentro del pensamiento espírita?
Jon -El término dialéctica posee diversos significados según el momento histórico en que haya sido utilizado o la perspectiva filosófica que lo adopta. En la Grecia clásica, constituía una forma de argumentación, basada en el enfrentamiento entre diversas posiciones, y se va consolidando como un método para el conocimiento de la realidad, tomada ésta en su naturaleza cambiante y de continua transformación. Con Hegel se definieron los momentos de todos los procesos naturales y sociales: una tesis a la que se contrapone una antítesis da lugar a una síntesis. El brillante pensador espírita argentino Manuel Porteiro tuvo el acierto de aplicar rigurosamente el método dialéctico a los principios del espiritismo y puso en evidencia que ni el materialismo ni las teologías pueden abarcar y comprender integralmente la dinámica del espíritu, encarnado y desencarnado, como sí lo hace la filosofía espírita. Ninguna otra sentencia puede dar cuenta del carácter dialéctico de la concepción espiritista y reencarnacionista que aquella que engalana el dolmen druídico en que reposan los restos de Allan Kardec en el cementerio parisino Père Lachaise: “Nacer, morir, renacer y progresar sin cesar; tal es la ley”.
5. En tu opinión, ¿cuáles son los autores espíritas más importantes de América latina del siglo XX?
Jon -Hay muchos autores espíritas latinoamericanos, unos más conocidos que otros, que han brindado una contribución notable al enriquecimiento de la doctrina espírita. Algunos, que no mencionamos ahora, son del siglo XIX. Ya sabemos que en estas menciones siempre cometemos injusticias al omitir nombres destacados, y por ello ofrecemos nuestras disculpas.
Entre los que han dejado una obra escrita de singular calidad hemos de señalar a los argentinos Manuel Porteiro, Humberto Mariotti, Santiago Bossero, Natalio Ceccarini, César Bogo, Luis di Cristóforo Postiglioni, Carlos Luis Chiesa, Florentino Barrera, Néstor Massaro, Bernardo Drubich, Raúl Drubich.
Tenemos a los venezolanos: Jesús Enrique Lossada, Rosa Virginia Martínez, Pedro Barboza de la Torre, Manuel Matos Romero, David Grossvater; al mexicano Pedro Álvarez y Gasca; al costarricense Rogelio Fernández Güell; al chileno Ernesto Moog; a la colombiana Colombia Montoya de Martínez; a los puertorriqueños William Colón, Néstor Rodríguez Escudero, Pablo Serrano, José Arroyo, Clara Román.
Y dentro de la extensa lista de autores brasileños, destacamos aquí a Carlos Imbassahy, Cairbar Schutel, Deolindo Amorim, Herculano Pires, Herminio C. Miranda, Jorge Andrea, Ney Lobo, Nazareno Tourinho, Carlos Bernardo Loureiro, Hernani Guimarães Andrade, Jaci Regis, Dora Incontri, Wilson García, Milton Medrán Moreira.
En el contexto de la muy difundida literatura de origen mediúmnico, sobresalen los intermediarios Chico Xavier, Yvonne Pereira, Divaldo Pereira Franco.
6. Considerando los grandes desafíos actuales del mundo frente a la guerra, el despotismo, las teocracias y la necesidad de mejorar la democracia, ¿cuál sería el ideal moral y ético que defender en correlación con los principios espíritas?
Jon -El espiritismo siempre se ha posicionado a favor de las causas más avanzadas y progresistas. Desde sus orígenes, los líderes espíritas de Europa y América se pronunciaron en libros, revistas y conferencias por la distribución justa y equitativa de los bienes en la sociedad; por el reconocimiento de la igualdad entre todos los seres humanos con independencia de su condición sexual, nacionalidad u origen étnico; por la abolición de la pena de muerte; por la paz y la solución dialogada de los conflictos; por la educación laica, democrática, aconfesional y científica; y en definitiva por la vigencia y aplicación de la ley de justicia, amor y caridad. En líneas generales, el modelo socialdemocrático es el que más se aproxima a lo que podríamos denominar una doctrina social espírita, y conforme a esta tesis, el espiritismo se manifiesta favorable a la democracia, a la vigencia de las libertades públicas, a la pluralidad política y al sufragio como instrumento para la alternabilidad de los gobernantes. Y, en consecuencia, rechaza toda forma de tiranía, dictadura o populismo, cualquiera sea el signo ideológico con que se identifique.
7. Al considerar los problemas del medio ambiente, y ecológicos en general, ¿cuál ha de ser la actitud más ética según el punto de vista espírita?
Jon -En El libro de los espíritus y demás obras del corpus kardeciano, así como en la mayoría de los textos espíritas, producidos por encarnados o desencarnados por vía mediúmnica, se aboga por el respeto pleno a la naturaleza y a la vida. La conservación y preservación de nuestro planeta, y el trato amoroso a todo lo que nos brinda, es parte de un proceso de conscientización que el espiritismo suscribe y proclama. La filosofía espírita propone adicionalmente la conveniencia de reunir la noción clásica de ecología física con la ecología mental y espiritual. Cuidar al planeta implica cuidar al ser humano, su organismo, sus hábitos, su salud, y también sus pensamientos y sus valores éticos. En esta materia, hablamos con toda propiedad de una ecología espiritual.
8. Para Allan Kardec el siglo XX sería el de la universalización del espiritismo. ¿Por qué piensas que no ha sido así?
Jon -Entusiasmado con el impacto que causó la naciente doctrina espírita en Francia, en Europa y en América, Kardec pensó que en las décadas siguientes el espiritismo crecería de manera indetenible hasta que sus postulados básicos se implantarían en la conciencia colectiva de la humanidad, sustentados en su solidez científica y en su propuesta racionalista y ética. Representaría, para decirlo en términos de uso posterior, el nuevo paradigma que habría de superar los modelos materialistas y teológicos imperantes. Transcurrido el siglo XX, y avanzando en la tercera década del siglo XXI, es evidente que su previsión optimista no se cumplió. Por supuesto, seguimos apostando con él a que semejante objetivo sea alcanzado en un porvenir que no es posible determinar sino apenas intuir o desear.
9. Kardec propuso seis fases de desenvolvimiento del espiritismo (curiosidad, filosófico, de lucha, religioso, intermedio, regeneración social). La realidad es que esta doctrina no ha sido capaz de superar todavía el período religioso. ¿Es posible que no lo consiga y acabe siendo una religión más?
Jon -Como buen pedagogo, Kardec presentó esos seis períodos como un modelo de análisis de la trayectoria histórica del espiritismo a fin de hacer comprender cómo se avanzó desde los fenómenos hasta el método, o sea, desde los dispersos episodios mediúmnicos hasta la elaboración de una teoría científica y a partir de ella los desenvolvimientos filosóficos y morales. Consideró que habría de producirse un período religioso el cual sería superado con los progresos doctrinarios y el desarrollo de la conciencia humana, y si bien es evidente que todavía nos encontramos en ese período religioso, también lo es que no constituye la meta del espiritismo como algunos han pretendido sino una etapa de transición. El espiritismo laico viene ofreciendo una significativa contribución para que ese proceso avance a buen ritmo hacia una nueva visión del mundo en sintonía con la propuesta kardeciana de alcanzar la regeneración social.
10. ¿Cuál es y cuál debería ser la relación del espiritismo con la figura de Jesús?
Jon -La visión espírita de Jesús se halla perfectamente resumida en la respuesta que dieron los espíritus a Kardec cuando éste preguntó acerca del mejor ejemplo que Dios ha ofrecido al hombre para que le sirva como guía y modelo: Ved a Jesús. La doctrina moral expuesta por Jesús se corresponde plenamente con la concepción moral espírita. Dicho esto, hemos de reiterar que hablamos de Jesús hombre y no Dios; un ser humano que reflejó en su corta existencia la inmensa evolución espiritual que le distinguía, y de quien podemos decir, con Renan, que era “el hombre incomparable”. Los espíritas laicos amamos y admiramos a Jesús, pero no lo divinizamos ni lo idolatramos, y consideramos que el mejor homenaje que se le puede rendir consiste en practicar sus enseñanzas comenzando con el amor al prójimo y ejercitar la generosidad, la solidaridad y la fraternidad.
11. En ciertos segmentos del movimiento espírita se percibe un clima de politización. ¿Crees que ello es peligroso para el espiritismo?
Jon -La política, en su más digna acepción, consiste en el arte de gobernar a los Estados a fin alcanzar la mayor felicidad posible para sus ciudadanos. Es natural y legítimo que los espíritas, que somos simples ciudadanos, tengamos opiniones políticas y participemos en las actividades que rigen los asuntos públicos, y que quienes lo deseen, se sumen a las organizaciones partidistas que aspiran a ejercer el poder para desarrollar su programa, y también puedan trasmitir allí los valores éticos propios de la doctrina espírita. Lo que sí resulta inconveniente es confundir los centros, sociedades o federaciones espíritas con partidos políticos, y promover determinadas ideologías o realizar campañas electorales en el seno de las instituciones espíritas. La experiencia es muy reveladora: cada vez que se ha intentado introducir asuntos partidistas o electorales en una agrupación espírita, cunden los disgustos, los enfrentamientos, las enemistades, y las divisiones, y en definitiva, pierde el espiritismo, cuya divulgación y estudio constituye, obviamente, el objetivo esencial de una entidad espírita.
12.¿Cómo presidente del Movimiento de Cultura Espírita CIMA, cómo ves su evolución a lo largo de sus 65 años de vida institucional?
Jon -El CIMA se fundó en Venezuela en 1958 con una finalidad muy precisa: organizar una institución espiritista distinta de las tradicionales. Kardecista y laica desde su inicio. Naturalmente, tras muchos años de estudio y reflexión, diversos enfoques se han afinado, la práctica mediúmnica se ha mejorado y se han introducido los cambios que se consideran convenientes a la luz de los avances científicos y sociales, pero siempre manteniendo su perfil centrado en un kardecismo actualizado, en un laicismo respetuoso y tolerante, y en una visión humanista y espiritualista que favorezca el crecimiento espiritual, intelectual y moral de las personas, del ser humano, así como la vigencia plena de los derechos humanos y la consecución de una sociedad justa, libre, democrática, equitativa, fraterna, solidaria y fraterna.
13. ¿Cuál ha sido el papel jugado por el CIMA en la consolidación de la CEPA?
Jon -Desde su creación el CIMA se vinculó a la Confederación Espírita Panamericana, por tratarse de la entidad internacional con la cual posee una clara identificación doctrinaria. Hemos respaldado los proyectos de la CEPA, divulgando sus libros y publicaciones, participando en sus Congresos, y ejerciendo cargos directivos en diferentes períodos. Hemos aportado ideas que han sido bien acogidas para impulsar y desarrollar un pensamiento libre, creativo, adogmático, sobre la base de una visión kardecista dinámica y abierta al análisis crítico y a su permanente actualización. Ciertamente, CEPA tiene una activa presencia en América y en Europa y de ello nos sentimos muy felices.
14. En este momento, ¿todavía puede presentarse al espiritismo como una ciencia?
Jon -En tiempos de Kardec, y en consonancia con su propuesta y los criterios epistemológicos vigentes entonces, era razonable presentar al espiritismo como una ciencia. Se acostumbraba en el siglo XIX dividir a las ciencias en físicas y morales y en este orden cabía al espiritismo ser considerado como una ciencia filosófica y moral cuyo objeto de estudio, el alma, se ubicaba en el plano psicológico. Con singular inteligencia, Kardec incorporó a los métodos subjetivos como la introspección, la práctica de la mediumnidad como un recurso de carácter práctico que permite pasar del campo subjetivo de la fe o de la simple creencia a la objetividad que se deriva de la experimentación. Pero, en rigor, vistos los requisitos que en la actualidad se exigen a cualquier disciplina para ser considerada una ciencia, no sería exacto decir que el espiritismo sea una ciencia, y más bien, conviene mantenerse en la definición dada por Kardec: filosofía científica y moral.
15.En el convulso panorama en el que se inserta nuestra humanidad en elmomento actual, ¿crees que realmente nos dirigimos hacia un mundo de regeneración?
Jon -Creo en la ley del progreso como factor dinámico de la evolución espiritual y social. A diferencia de quienes, ante la presencia de tantas injusticias y atrocidades que se cometen en el mundo, piensan que hemos retrocedido en lugar de avanzar, me mantengo optimista. Acostumbro mirar el bosque y no apenas el árbol, y por ello estoy convencido de que hemos avanzado en todos los órdenes humanos, morales, sociales, científicos y espirituales. Por esto, sigo pensando que el mundo de regeneración concebido por Kardec y los espíritus que le asesoraron sigue siendo válido, y es un estímulo para que los espíritas y todas las personas de buena voluntad, se sientan animados a participar en el doble y concomitante proceso de transformación personal y social que habrá de concretar ese sueño hermoso que apunta en el horizonte espiritual de la humanidad.
[Entrevista publicada en Le Journal Spirite, nº 131, abril a junio/2023]