jacira cepa

Jacira Jacinto da Silva

Presidenta de CEPA – Asociación Espírita Internacional

“El Espiritismo, marchando con el progreso, nunca quedará rezagado, porque si nuevos descubrimientos le demostrasen que está en el error en un punto dado, se modificaría en ese punto, y si una nueva verdad se revelara, la aceptaría.”

(Kardec, Allan. La Génesis, Caracteres de la Revelación Espírita, Cap. I, Ítem 55)

En tiempos de tanto retroceso; cuando el mundo asiste al rechazo en serie de países europeos a recibir y proteger a los refugiados sin ninguna alternativa de supervivencia; cuando la nación considerada como la más avanzada del planeta pretende construir muros en sus fronteras; y, cuando el presidente de Venezuela rechaza alimentos y medicinas para su pueblo hambriento y enfermo, una gran alegría crece en el corazón de los espíritas con el aumento, de forma sorprendente, del número de adeptos de la Filosofía Espírita que declaran su aceptación al carácter progresista de ese cuerpo de conocimiento, que por tantas décadas ha sido empequeñecido en la visión estrecha del religiosismo.

La adhesión de grupos diversos, integrados por jóvenes investigadores y respetables pensadores espíritas, provenientes de incontables comunidades espíritas, debatiendo su naturaleza progresista, coloca a esa Filosofía mucho más cerca de su esencia humanista.

Entre las convicciones que acompañan a los adeptos de CEPA - Asociación Espírita Internacional, desde sus tiempos más remotos, está la visión humanista inherente al Espiritismo e indisociable de sus referencias elementales, tales como el compromiso inquebrantable con la justicia social y la postura ética ante la naturaleza, especialmente en lo que se refiere a la conducción política de la vida.

El movimiento de ideas progresistas en el medio espírita ganó fuerza en Brasil con el reciente Manifiesto por un espiritismo kardecista libre, publicado el 7 de febrero de 2019 por la Asociación Brasileña de Pedagogía Espirita, dirigida por la Dra. Dora Incontri, perseverante estudiosa y defensora del Espiritismo, oradora y escritora (véase https://goo.gl/WHe2XM).

En su blog, Wilson García escribió:

“El Manifiesto es una acción más por un espiritismo sin dueños y sin daños.

Puesto en marcha con firmas individuales e institucionales, es un grito más contra el religiosismo, el poder hegemónico, la negación de la diversidad y las prácticas absurdas.

Bajo la coordinación de la Asociación Brasileña de Pedagogía Espírita (ABPE), más de 150 espíritas e instituciones firmaron el documento – Manifiesto por un espiritismo kardecista libre – que promueve un espiritismo de librepensadores capitaneado por Allan Kardec.” ( http://www.expedienteonline.com.br/ )

Dora Incontri propone al principio, rescatando el modus operandi adoptado por el escritor y conferenciante venezolano, expresidente de la CEPA, Jon Aizpúrua, cuando visitó diversas instituciones y ciudades brasileñas en la década de los 90, que nos reunamos en torno a lo que nos une. Recuerdo mucho este discurso de Jon, siempre aseverando que todo espírita Kardecista cree en Dios, en la inmortalidad del espíritu, en la reencarnación, en la pluralidad de los mundos habitados, en la posibilidad de comunicación con los desencarnados y en la evolución. El pensador venezolano resaltaba que eventuales divergencias en la interpretación de esos principios elementales no podrían separarnos.

A nuestro entender, no hay espírita convicto que pretenda aislarse de los descubrimientos científicos, o de la convivencia respetuosa con sus semejantes, a pesar de las diferencias. No puede haber kardecista genuino contrario a la pretensión de una postura ética, orientada en los pensamientos de Jesús de Nazareth; Buda, Luther King, Gandhi, Nelson Mandela, Madre Teresa de Calcuta, entre otros. De igual modo, todos deseamos que la mediumnidad sea practicada para el bien, sin ningún tipo de beneficio a los médiums más allá de la satisfacción de contar con esa herramienta en su ascenso evolutivo.

Hecho el enfoque dialéctico de esos pilares, surge poner límites a la conducta espírita, sea el estudioso más o menos místico, más o menos atento a las innovaciones tecnológicas. Por eso, la CEPA, Asociación Espírita Internacional, se felicita con el Manifiesto de la ABPE y lo apoya, esperando que más y más espíritas se alineen al auténtico pensamiento Kardecista, hilo conductor de los estudios espíritas. Con esa base, es posible enfrentar cualquier problema de todo orden, desde cuestiones personales hasta las mayores tesis políticas.

Sin duda todos sabemos el valor incalculable del trabajo realizado por Allan Kardec y la excelencia de su obra, empezando por la lucidez al definir el Espiritismo, justo al inicio del libro Qué es el Espiritismo, como siendo “al mismo tiempo una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica él consiste en las relaciones que se establecen entre nosotros y los espíritus; como filosofía, comprende todas las consecuencias morales que dimanan de esas mismas relaciones”.

La naturaleza progresiva del Espiritismo, a diferencia de las ideas retrógradas y rígidas sustentadoras de las religiones, se alinea mucho más con la filosofía, escenario de las discusiones relacionadas con los grandes problemas humanos. Solo por esa característica ya se identifican señales propulsoras de las innovaciones del conocimiento, pero Kardec también la vio como una ciencia de observación, enalteciendo su carácter progresivo.

Negar la naturaleza progresista del Espiritismo representa una afrenta a la definición de Kardec, que lo identificó como una propuesta altamente humanista. Tanto por su esencia, como por la naturaleza que le fue atribuida por su fundador, el Espiritismo propone el enfrentamiento de las problemáticas humanas, ofreciendo importantes contribuciones a los avances de la humanidad. Recordemos la anotación de Kardec después de conceptualizarlo: el Espiritismo puede ser definido como una ciencia que trata de la naturaleza, origen y destino de los Espíritus, así como de sus relaciones con el mundo corporal.

No hay ninguna paradoja en reconocer que el apego a las ideas originarias es inapropiado, inoportuno e innecesario, o que muchas de ellas pertenecían claramente al hombre Allan Kardec, o a algún otro espíritu que colaboró en la construcción de las obras básicas, pues la validez de su esencia filosófica depende de la apertura a nuevos conocimientos.

Sin pensar, jamás, macular la obra original del autor, pero como sucede en toda producción literaria, es natural que la Filosofía Espírita también pase por la criba de los nuevos descubrimientos, asimilando conceptos nuevos y despreciando las definiciones superadas. No en vano, Kardec recomendó escoger la ciencia si en algún punto de ella se apartara el Espiritismo.

La comunidad espírita laica, librepensadora, humanista, progresista, auténticamente kardecista, felicita a los nuevos grupos que vienen reconociendo el gran potencial de crecimiento del Espiritismo a partir de su naturaleza progresista. Que otros compañeros se declaren adeptos de los nuevos descubrimientos, ya que negarlos correspondería a sepultar esa fantástica contribución traída a la luz por Allan Kardec.

Si no puedes volar, corre. Si no puedes correr, camina. Si no puedes caminar, gatea. Pero hagas lo que hagas, siempre sigue hacia adelante.
Martin Luther King

 

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