AdemarAdemar Arthur Chioro dos Reis

Asesor Especial de la Presidencia de CEPA

La pandemia Covid-19 causó cambios sustanciales en las formas de vivir en todos los rincones del planeta. Causada por el SARS-coV-2, un nuevo coronavirus altamente transmisible, todavía no posee tratamiento antigripal específico y vacunas, a pesar de los enormes esfuerzos emprendidos y la impresionante velocidad con la que la comunidad científica ha estado produciendo conocimientos.

En esta emergencia sanitaria de escala mundial, son las medidas de control "no medicamentosas" las que han demostrado impactos más significativos sobre la Covid-19: el uso de mascarillas, la higiene personal y colectiva, y el aislamiento social, encierro o cuarentena, así denominadas las estrategias que buscan interrumpir la circulación del virus reduciendo el contacto entre personas que no participan directamente en actividades consideradas esenciales.

Estas medidas son señaladas por las autoridades sanitarias, médicos y científicos, como las únicas medidas eficaces para hacer frente a esta enfermedad, que, hasta el 15 de agosto, ya tenía registrados 21.387.785 casos y 764.110 muertes en todo el mundo.

El aislamiento social se ha cumplido rigurosamente en los países que han logrado mejores resultados en el control epidémico, pero de forma precaria en aquellos marcados por la desigualdad social, donde partes significativas de la población viven en viviendas extremadamente precarias y no pueden cumplir las medidas indicadas por la falta de condiciones económicas, lo que los obliga a exponerse para garantizar su supervivencia. Lo mismo ha ocurrido en países donde los dirigentes políticos asumen una postura negacionista y anticientífica, no comprometida con la defensa de la vida y la protección de las poblaciones más vulnerables.

            El hecho es que la pandemia afectó, de diferentes maneras, a los campos más diversos: alteró las rutinas de trabajo, las formas de relacionamiento, los medios de comunicación. Cambió profundamente nuestras rutinas, generando lo que se ha llamado la "nueva normalidad". También golpeó duramente a la CEPA.

El XXIII Congreso Espírita de la CEPA, programado para octubre de 2020 en España, tuvo que ser aplazado a 2021. Las actividades presenciales de nuestras instituciones desde el inicio de la pandemia han sido suspendidas.

Cómo será la vida en el mundo pospandemia es Todavía una incógnita; tenemos muchas preguntas y, por ahora, pocas respuestas. Una de ellas es que las actividades espíritas y de sus organizaciones, tal como se entienden hoy, serán profundamente reconfiguradas en la "nueva normalidad".

Las herramientas digitales utilizadas durante el período de aislamiento social definitivamente se incorporarán como estrategias para el estudio y la difusión del espiritismo y podrán ser ampliadas, teniendo en cuenta todos los dominios, sin fronteras y límites que fueran, históricamente, impuestos al pensamiento espírita crítico defendido por la CEPA, poniéndose como dispositivos al servicio de la difusión del pensamiento espírita progresista, laico y librepensador.

Instituciones vinculadas a la CEPA, como CIMA (Venezuela), Sociedad Espiritismo Verdadero (Argentina), el Centro Espírita Allan Kardec de Santos-SP y CPDoc (en Brasil), la Escuela Espírita Allan Kardec (Puerto Rico), sólo para dar algunos ejemplos, rápidamente comenzaron a ofrecer conferencias, cursos y reuniones de estudios virtuales, proporcionando no sólo la oportunidad de mantener actividades para sus comunidades, sino también ampliar la participación de espíritas de todo el mundo, internacionalizando sus acciones y permitiendo un intercambio de experiencias inéditas y que pueden ser profundamente transformadoras.

Al igual que lo sucedido en las más diversas esferas de la participación, nunca antes tantos espíritas vinculados a la CEPA fueron invitados a participar en lives (reuniones en vivo), debates y a realizar conferencias virtuales como en este período, resultando un intercambio saludable y productivo con espíritas de todas partes del mundo. Sin contar el uso intenso uso de las redes sociales como grupos de WhatsApp, Facebook, Youtube, Instagram, etc., a pesar de la avalancha de informaciones y fakenews. Esto ha sido enriquecedor, después de todo es en la diversidad de ideas y en la posibilidad del ejercicio del pensamiento crítico que se pueden producir avances y dinamizar el espiritismo.

Es hora de valorar y explorar estas múltiples posibilidades, pero también de comprender que no sustituirán las actividades presenciales, que acogen y permiten encuentros, intercambios de afectos y energías, y que producen y refuerzan el sentimiento de pertenencia, fundamental para la producción de vínculos y socialización. Son elementos de orden inmaterial, subjetivos, que los medios electrónicos, aunque presenten otras ventajas, nunca podrán sustituir.

Por último, terminamos este mensaje, que llega a ustedes por uno de los medios electrónicos aquí discutidos, para expresar la solidaridad de la CEPA a todas las familias que han perdido a sus seres queridos en esta pandemia, así como nuestro reconocimiento a los trabajadores de la salud en todo el mundo, que no han escatimado esfuerzos para cuidar de los enfermos y controlar la pandemia, poniendo sus propias vidas en riesgo.

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