Yolanda Clavijo Blas
Sin ser una novedad, pretendo con este artículo compartir un conjunto de informaciones, investigaciones, presentadas con mayor amplitud en el XXIV Congreso de la Asociación Espírita Internacional CEPA celebrado en Puerto Rico, que nos han llevado a tener la certeza de que cada una de las vivencias, historias particulares o colectivas, son el producto de creaciones mentales propias de cada individuo.
Para confirmar lo anterior, el Dr Joe Dispenza en uno de sus trabajos cita: el 95% de lo que somos es un conjunto de comportamientos memorizados, respuestas emocionales, creencias y percepciones que son automáticas, hábitos inconscientes, actitudes programadas, actuamos como un programa de computadora, creando nuestra realidad existencial.
Cada día más, científicos relacionados a la física cuántica, la biología celular, la epigenética, la neurociencia, la psicología, entre otras, a la par de los investigadores espíritas, vienen en sus estudios demostrando la influencia directa, creadora, del ser humano, de sus emociones, de su pensamiento, en su propia realidad existencial. Desde enfermedades, carencias, conflictos, relaciones, tragedias, o en sentido positivo plenitud, felicidad, abundancia, salud, éxito, no son sino programas mentales, estructuras, provenientes de experiencias vividas, enseñanzas, traumas, donde cada individuo es responsable de su creación de acuerdo con su nivel evolutivo.
¿Quiere decir que es nuestro propio espíritu, el autor y programador de cada vivencia experimentada?
Con el surgimiento de la física cuántica, sus investigadores descubren que quien está midiendo u observando las infinitesimales partículas del átomo afecta la conducta de la energía y la materia. Los experimentos demostraron que los electrones existen como una infinidad de posibilidades o probabilidades en un campo invisible de energía. Pero solo cuando el observador se fija en cualquier localización del electrón, es cuando aparece el electrón. En definitiva, una partícula no puede manifestarse en la realidad, es decir, en el espacio-tiempo tal como nosotros lo conocemos, hasta que es observada.
La física cuántica a este fenómeno lo llama “colapso de la función onda” o efecto observador.
A nivel subatómico, la energía responde a tu atención y se convierte en materia. ¿Cómo cambiaría nuestra vida si aprendiéramos a dirigir el efecto observador y a colapsar infinitas ondas de probabilidad en la realidad que elegimos? Seríamos mejor esobservadores de la vida que deseamos vivir.
Los espíritas hablamos de construcciones mentales o formas de pensamiento, como imágenes que creamos en nuestro campo psíquico y que se generan por asociación de ideas. Evidencian el magnetismo espiritual de su creador y obtienen vida en nuestras mentes con durabilidad conforme a la intensidad y la frecuencia de la mentalización. Insistimos así, en cuanto al poder creador y liberador o patológico y destructor de cuanta situación experimentamos.
Al respecto cita el Dr Gilson Luiz Roberto: es en el alma que encontraremos las causas profundas de nuestros desajustes a partir de creaciones mentales que nos son propias.
El pensamiento (emoción), es un fenómeno que ocurre simultáneamente en el nivel del subsistema del cuerpo y de los procesos mentales. Aquello que en el nivel de los sentimientos es miedo, ira, dolor, tristeza, alegría, estrés, se expresa a través de modificaciones en las funciones motoras, hormonales, circulatorias. Esto significa literalmente que a través de esa triada hemos creado una realidad material, en unos casos una enfermedad, en otros una situación de conflicto, pero de la misma forma puede ser revertida.
El modelo según el cual los pensamientos se ven como carga eléctrica y los sentimientos como la carga electromagnética indican que los primeros envían una señal eléctrica al campo y nuestros sentimientos atraen magnéticamente situaciones en la vida. Al unirse lo que pensamos y sentimos produce un estado del ser que genera una huella electromagnética que a su vez influye en cada átomo de nuestro mundo. Este hecho hace que nos preguntemos: ¿Qué estoy transmitiendo de manera (consciente o inconsciente) en la vida cotidiana? Todas las experiencias existen como improntas electromagnéticas en el campo cuántico, Hay infinidad de posibles huellas electromagnéticas de: genialidad, riqueza, libertad, salud, que ya existen en el patrón de frecuencia de energía.
Para experimentar un cambio, observemos un nuevo resultado con una nueva mente. Nuestra rutina cotidiana y los pensamientos y sentimientos de siempre perpetúan el mismo estado del ser, el cual crea las mismas conductas y la misma realidad. Si queremos cambiar algún aspecto de nuestra realidad, tenemos que pensar, sentir y actuar de nuevas formas. Desde el punto de vista cuántico, debemos crear un estado distinto del ser como observador y generar una nueva huella electromagnética, así haremos que la realidad que queremos materializar coincida con la que existe en el campo como una posibilidad electromagnética. El cambio en la mente y en las emociones cambiará la energía. Si deseamos tener un nuevo resultado, debemos suprimir el hábito de ser el mismo siempre y reinventarnos.
En el camino del autodescubrimiento, hacia la libertad del espíritu, el ser humano como patrón común y por experiencias propias hemos corroborado como un conjunto de herramientas, terapias, técnicas, nos conducen a desaprender lo aprendido, a revisar cada una de nuestras interpretaciones producto de creencias estructuradas y a vivir cada existencia en tres tiempos iguales, rompiendo los límites de la realidad objetiva, generando felicidad en base a valores superiores como el perdón, la gratitud, la paz y el amor incondicional.