jon aizpurua
Jon Aizpúrua

Expresidente de CEPA (1993/2000) y actual Asesor de Relaciones Internacionales

Nos hallamos a poco tiempo del XXIV Congreso de la Asociación Espírita Internacional CEPA, que va a celebrarse en San Juan, Puerto Rico, durante los días comprendidos entre el 16 y el 19 de mayo venideros. Sin duda, un gran acontecimiento que engalana al espiritismo de América y de Europa, una auténtica fiesta del espíritu.

Realizar 24 Congresos internacionales de manera regular e ininterrumpida superando toda suerte de dificultades a lo largo de 78 años, desde el primero reunido en Buenos Aires en 1946, es un valor en sí mismo que merece ponerse de relieve. Vendrían después sucesivos eventos, sea Congresos o Conferencias Regionales, que llevarían la voz de CEPA e impulsarían la difusión doctrinaria y la organización del movimiento en numerosos países. Esta hoja de servicios cumplidos muestra a una institución espírita supranacional de gran aliento y vocación idealista. CEPA ha dado y deberá seguir dando ejemplo de constancia y de continuidad en el panorama espírita mundial.

Esperamos muchas cosas buenas del XXIV Congreso. Desde Puerto Rico la Comisión Organizadora se ha esmerado en diseñar un temario sustancioso, ágil, moderno, cuyo desarrollo brindará notables oportunidades para la ampliación de conocimientos, para la reflexión, para el diálogo y para seguir trillando el sendero de la necesaria actualización y contextualización del pensamiento espírita, a partir de las sólidas bases establecidas por Allan Kardec, debidamente colocadas en un marco conceptual flexible que permita su ajuste y adaptación a los avances de las ciencias naturales y sociales, de la tecnología y de los saberes humanísticos.

El lema que identifica al Congreso no puede expresar con mayor elocuencia estas ansias de otorgarle al espiritismo su mayor pertinencia y vigencia en una época que exige el mayor rigor en las ideas que se exponen y a la vez clama por una manifestación de íntima y autentica espiritualidad, que no descansa en dogmas ni en ceremoniales místicos, sino en el cultivo de valores vinculados al innato sentimiento de trascendencia y concientización. Sin ser un evento cerrado, el lema del Congreso apunta hacia cuatro vectores que constituyen columnas esenciales del más depurado humanismo espírita: Arte, Educación, Cultura y Espíritu.

Estamos convencidos de que se expondrán trabajos de singular relevancia para el proceso que adelanta la CEPA desde hace varias décadas orientados a fortalecer un espiritismo abierto, dinámico, laico, librepensador, progresivo y progresista, que, parafraseando a Kardec, pueda mirar cara a cara a la cultura de nuestro tiempo, y asumir que “El espiritismo marchando al ritmo del progreso nunca quedará rezagado, porque si nuevos descubrimientos le demuestran que está equivocado en algo o si se revelase una nueva verdad, él habrá de rectificarse”.

Esperamos también que los numerosos y calificados congresistas que se reunirán en el auditorio del Ilustre Colegio de Abogados de Puerto Rico aprovechen al máximo la excelente ocasión que brinda el evento para examinar objetivamente lo que se ha hecho y lo que se está haciendo en la CEPA, realizar los ajustes que sean recomendables y trazar rumbos para el porvenir a corto y mediano plazo. Como es obvio, se hace necesario definir y perfilar una estrategia para impulsar el crecimiento institucional o la ampliación de sus relaciones, tomando en cuenta que existen muchos individuos, grupos y sociedades espíritas activos en todos nuestros países que se han abierto a una comprensión más racionalista y menos religiosa de la doctrina espírita y están dispuestos a examinar con libertad y serenidad sus fundamentos teóricos, a evaluar las metodologías que emplean en las experiencias mediúmnicas y reflexionar en torno de las consecuencias morales y sociales que son consustanciales al pensamiento espírita. Mirando hacia todos ellos, con mano tendida al intercambio y cooperación, CEPA puede perfectamente coparticipar en las más amplias jornadas de estudio, análisis y evaluación que sean programadas, aportando sus ideas y experiencias y aprendiendo de otros criterios o puntos de vista.

Esperamos en fin de este nuevo Congreso, una saludable sacudida que haga crítica y autocrítica; que revise conceptos, políticas y estrategias; que aproveche cuanto de positivo se ha logrado y señale novedosos rumbos. La CEPA es por antonomasia la institución espírita de la libertad y del pluralismo, del ejercicio pleno del pensamiento y la reflexión, es un ambiente de alteridad y cooperación, de amistad y solidaridad, de respeto fraterno y amoroso.

Puerto Rico exhibe una amplia y fecunda trayectoria espírita cumplida casi desde los tiempos de Kardec y que se mantiene hasta los tiempos que corren. En sus filas se cuentan personalidades destacadas, mujeres y hombres, de la cultura y de los avances sociales que se consagraron a educar a los boricuas en los valores intelectuales y a cultivar en ellos los más altos sentimientos espirituales. Es la quinta ocasión en que Puerto Rico, la “isla del encanto” como se la nombra, se torna en amable anfitrión de un Congreso de CEPA (las citas anteriores se cumplieron en 1957, 1969, 1993 y 2008). Estamos plenamente convencidos de que en esta nueva oportunidad el Congreso será tan brillante, fecundo, exitoso y grato como en las anteriores, o aún más, si tal desafío fuese posible.

¡ ESPÍRITAS DEL MUNDO, PUERTO RICO NOS ESPERA !

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