Ademar Arthur Chioro dos Reis
Asesor Especial de la Presidencia de CEPA
Transcurridos más de dos años de la eclosión de la pandemia de Covid-19, que ya ha causado 509 millones de casos y 6,2 millones de muertes en todo el mundo, poco a poco la vida comienza, finalmente, a ganar aires de normalidad.
Sin embargo, el marco sanitario internacional sigue estando marcado por muchas incertidumbres. A mediados de abril, se registraron muertes por Covid en 66 países, con cifras significativas en Rusia, Corea del Sur y Tailandia. La Organización Mundial de la Salud considera que la pandemia todavía no ha terminado y advierte de la necesidad de enfrentar la iniquidad y ampliar la cobertura de vacunación para que al menos el 85% de la población de cada país reciba las dosis necesarias de la vacuna. Sin embargo, hasta la última semana de abril, solo el 15,4% de las personas que viven en países de bajos ingresos recibieron al menos una dosis de la vacuna, generando una situación de inseguridad sanitaria, ya que existe la posibilidad de desarrollar nuevas variantes.
Tan pronto como surgió la pandemia, CEPA buscó rápidamente adaptarse a los nuevos desafíos. Utilizando de forma precoz e intensiva aplicaciones de comunicación social, promovió numerosos eventos, culminando con la realización, de manera virtual, en 2021, de su Congreso Internacional, brillantemente presidido por David Santamaría, del Centro Barcelonés de Cultura Espírita. Difundió, también, seis libros de la primera serie de la "Colección Librepensamiento: Espiritismo para el Siglo XXI", disponibles gratuitamente en el sitio web de CEPA en cuatro idiomas (portugués, español, inglés y francés).
Tras la abrumadora ola provocada por la variante Ómicron, que provocó una nueva explosión de casos, aunque se registraron menos muertes debido a la vacuna, se observa, finalmente, en muchos países, una regresión de la enfermedad y el relajamiento de medidas de distanciamiento físico. Con esto, la mayoría de las organizaciones espíritas vinculadas a CEPA, observando las normas sanitarias, retomaron progresivamente sus actividades presenciales.
Sin prejuicio de las actividades virtuales, que permiten conectar, de forma rápida y bajo costo, a espíritas en todos los rincones del planeta, la reanudación de las actividades presenciales posibilita que nuestras instituciones puedan cumplir un papel esencial en este momento tan delicado.
El futuro es para muchos angustiante e incierto, ya que proyectos de vida fueron interrumpidos por la pandemia y las pérdidas personales han sido inmensas. La crisis económica alcanzó duramente a la población en la mayoría de los países. Muchos abandonaron los estudios, perdieron empleos, se empobrecieron. Otros, que sobrevivieron a la enfermedad, todavía lidian con sus complicaciones y vieron sus fuerzas físicas comprometidas, requiriendo cuidados permanentes.
Es necesario considerar, sobre todo, el impacto sobre la salud mental, en particular aquellos que han vivido el aislamiento, el miedo a la muerte y que han perdido familiares y amigos. Muchos buscaron alivio en el alcohol y en las drogas. El aumento de trastornos mentales es una realidad. Más allá de la pérdida económica, lidiar con la muerte de seres queridos ha sido angustiante para muchos. Las dudas sobre lo que sucede después de la desencarnación, el destino de los seres queridos que se fueron, sobre la vida en el mundo espiritual, y otros temas en los que la filosofía espírita tiene una enorme contribución para la sociedad, hacen que las instituciones espíritas sean llamadas a cumplir un papel esencial en este momento de crisis existencial que sigue al de la crisis sanitaria.
Preceptos filosóficos espíritas, como la inmortalidad del alma, la evolución infinita y la reencarnación, pueden contribuir a una reconfortante y productiva educación "para" y "sobre" la muerte. El ejercicio de la mediumnidad con criterio es también fuente de conocimientos y de apoyo espiritual para los seres encarnados y desencarnados que tanto sufren en este momento.
La hora exige solidaridad y disposición para acoger a todos aquellos interesados en comprender el destino del ser, de compartir la visión espírita sobre el hombre y el mundo. El Espiritismo, más allá de ser un mensaje consolador o de la pretensión de dar explicaciones sobre todas las cosas, si se comprende a partir de una concepción secular, librepensadora, progresista y kardecista, produce una perspectiva generosa, integradora y profundamente esperanzadora del porvenir.
No podíamos dejar, finalmente, de expresar el posicionamiento de CEPA sobre la guerra entre Rusia y Ucrania, que evoluciona sin perspectivas de una solución pacífica, agregando escenas de horror, estupidez y barbarie.
Repudiamos la violencia. Cualquier solución a los conflictos entre naciones debe buscarse a partir del diálogo. Estamos a favor de la paz y del entendimiento entre los pueblos, que deben obtenerse a través de vías diplomáticas. Es necesario poner fin a tanto sufrimiento, dolor y destrucción. Intereses económicos o políticos, explícitos o subyacentes, así como ninguna razón de Estado o de seguridad nacional, pueden justificar este o cualquier otro conflicto armado.
Queremos un planeta que viva en paz, donde reinen el respeto y la solidaridad. Esto sólo será posible cuando vivamos como hermanos, comprendiendo y practicando la Ley de Justicia, de Amor y de Caridad, como Allan Kardec nos enseña en El Libro de los Espíritus.