Las Instituciones son los hombres que la integran en el momento, pero adquieren por sí mismas una personalidad que perdura más allá de las individualidades. Este es el caso de la CEPA, que nació por la inquietud de un grupo de Espíritas Argentinos que, en un Congreso interno realizado en el año 1939 en la Confederación Espiritista Argentina propone la creación de lo que estos hombres imaginaban con el nombre de Liga Espiritista Panamericana.
Hugo Lino Nale, Humberto Mariotti y Naum Kreinman son designados para generar una propuesta, que se genera a fines de 1940 a partir de un temario tentativo para lo que imaginan será el Primer Congreso Panamericano.
El temario propone tratar varios temas fundamentales como “Los valores de la Filosofía Espírita”, “La Filosofía Espírita y la Ciencia”, “La Filosofía Espírita y la Moral”, “Sociología Espírita” y “Creación de una Federación Espírita Panamericana”. Desde su intención y con estos temas van ya delineando lo que será el rumbo de esta Institución.
Al mismo tiempo, la Revista “La Idea” crea una sección especial para tratar el tema, y llegan adhesiones de Estados Unidos de Norteamérica, Brasil y Cuba.
El flagelo de la II Guerra Mundial impide la concreción del encuentro de Espíritas Americanos, que se intenta sin éxito en el año 1942, luego en octubre de 1943 y en julio de 1945.
Este grupo de esforzados luchadores no se deja vencer por las circunstancias adversas y el 13 de mayo de 1943 conforman la Comisión Organizadora del Congreso, que presidida por Hugo Nale realiza el Primer Congreso en Buenos Aires entre el 5 y el 13 de octubre de 1946.
En el salón recién inaugurado de la Confederación Espiritista Argentina se reúnen representantes de Uruguay, Puerto Rico, EEUU, Cuba, Chile y Brasil, que apoyan con su activa presencia la iniciativa de sus hermanos Argentinos.
Este primer Congreso, presidido por un Espírita Brasileño, el Coronel Pedro Delfino Ferreira, deja constituida la Confederación Espírita Panamericana, que adopta la sigla CEPA, en coincidencia con el símbolo Espírita: La cepa de la vid.
Su primer Presidente, el Ingeniero José Fernández, integra una Comisión que designa a Brasil como sede del II Congreso, que se realiza en la sede de la Liga Espírita de Brasil entre el 3 y el 12 de octubre de 1949.
El III Congreso tiene lugar en La Habana, Cuba el 3 de octubre de 1953, bajo la Presidencia del Dr. Miguel Santisteban, celebración que tiene lugar en la Logia de la Orden del Caballero de la Cruz, con una inauguración pública en el Circulo de Bellas Artes de la capital cubana.
Se produce allí una definición que tendrá una trascendente consecuencia: Las deliberaciones toman un sesgo científico-filosófico y se pronuncian condenando la definición religiosa del Espiritismo y la delegación de Brasil se retira renunciando a la CEPA, situación que deja sin representación institucional a ese país por un lapso de más de 40 años. El Punto N° 6 de sus Conclusiones dice: “Determinar que toda entidad que desee integrarse a la CEPA, deberá formular previamente una declaración de principios adhiriéndose a los principios del Espiritismo conforme a la codificación Kardeciana”.
El IV Congreso se realiza en Puerto Rico en octubre del 57 y pese al esfuerzo de la Señora Guillermina de Fermaint, que preside la CEPA con un tono conciliador que llama la unidad, se insiste en la definición científica del Espiritismo, descartando toda idea religiosa, y a pesar del esfuerzo epistolar de algunos argentinos y brasileños que no comparten esta postura, se produce una reforma del Estatuto que ahonda las diferencias.
El V Congreso tiene lugar en Méjico en octubre de 1960 con la presencia de delegaciones de Argentina, Colombia, Méjico, Guatemala, Puerto Rico, EEUU y Venezuela, con una representación de Japón. La declaración final de este Congreso tiende un puente conciliador entre todas las corrientes y se vota un pedido expreso a Brasil para que vuelva a integrarse a CEPA.
El VI Congreso realizado en Argentina durante la Presidencia de Humberto Mariotti tiene lugar en octubre de 1963 y produce importante definiciones, que, ratificando las declaraciones del V Congreso, ratifican la línea de la CEPA, que define al Espiritismo como “una síntesis científica, filosófica y moral que responde a una necesidad del progreso histórico”. A la vez, en su declaración final, deja claramente establecido “que acoge con beneplácito todas las colaboraciones presentadas”. Se crea el órgano oficial de prensa de la CEPA, denominado “América Espírita”, que cumplió una fundamental labor de divulgación en los siguientes años.
Es de destacar que, además de las delegaciones de Méjico, Puerto Rico, Venezuela y Argentina como países miembros, también concurren en carácter de delegados fraternales, representantes de Brasil, Chile, Estados Unidos y Uruguay.
El VII Congreso tiene lugar en Maracaibo, Venezuela, en 1967, bajo la Presidencia del Sr. Natalio Ceccarini, y cuenta con la presencia de numerosas delegaciones de Argentina, Brasil, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Argentina. Se destaca una Conferencia Magistral pronunciada por el Dr. Manuel Matos Romero: “Psicología y Psiquiatría a la luz del Espiritismo”.
El VIII Congreso, realizado en 1969 en las ciudades de San Juan y Santurce, en la bella isla de Puerto Rico, durante la Presidencia de Dante Culzoni Soriano, es presidido por la Sra. Guillermina de Fermaint, de larga y destacada actuación en la CEPA.
El IX Congreso tiene lugar en Méjico en 1972, siendo nombrado Presidente el Dr. Pedro Alvarez y Gasca, brillante pensador espírita mejicano, y cuenta con la presencia de numerosas delegaciones, entre las que se destaca la presencia de la primera delegación de Honduras.
El X Congreso, realizado en la ciudad de Mar del Plata, Argentina en el mes de diciembre de 1975, durante la Presidencia del Sr. Romeo Molfino, tuvo como Presidente al Sr. José Bompadre y produjo una ratificación de las declaraciones del V Congreso, que van concretándose como la base del pensamiento de la CEPA, por lo que es importante consignarlos:
Caracteres Filosóficos del Espiritismo:
1. Constituye en el orden psicológico una ciencia positiva y experimental.
2. Es la forma contemporánea de la Revelación Espiritual
3. Marca una etapa revolucionaria en el progreso espiritual de la humanidad.
4. Enaltece la razón, fomenta el sentimiento y satisface la conciencia.
5. Da solución a los más difíciles problemas sociales, morales y espirituales.
6. No impone creencias, sino invita al estudio y la reflexión.
7. Realiza una síntesis científica, filosófica y moral que responde a una necesidad de progreso histórico.
Estas definiciones, ratificadas y perfeccionadas a través de los temas expuestos en Congresos y Conferencias, fueron consolidando el pensamiento laico y librepensador de quienes integran la CEPA, que fue reiterado y perfeccionado con el transcurso del tiempo. No por ello CEPA tuvo un carácter excluyente hacia quienes no compartían esta línea, sino que por el contrario, siempre mantuvo su espíritu integrador y tolerante, como podrá comprobar quien quiera verificar las presencias que tuvieron los diferentes eventos.
El XI Congreso tuvo lugar en Maracaibo, Venezuela, en diciembre de 1978, durante la presidencia del Sr. Hermas Culzoni Soriano, y se designó Presidente del Congreso al Dr. Pedro Barboza de la Torre, aprobando una reforma de sus Estatutos que “permitirá que la CEPA pueda incorporar a aquellas instituciones Espíritas que social y moralmente se encuentren en condiciones de ingresar a su organización. Con lo cuál la acción de la CEPA se verá extendida y ampliada, y la unificación de los grupos espíritas de una nación se podrá lograr en el seno de la CEPA superando circunstanciales diferencias”.
El XII Congreso tiene lugar en Cartagena, Colombia, en mayo de 1982, y marcó varios hitos: Delegados de España se hacen presente por primera vez en un Congreso Espírita Panamericano, situación que se repitió luego hasta nuestros días, marcando una búsqueda de unión entre ambos continentes. Además, una representación de la Federación Espírita Brasilera se hace efectiva a través de la presencia del Dr. Francisco Thiesen, marcando una época de acercamiento señalada como “muy positiva” por ambas Instituciones, aunque no se consolida la unificación.
El XIII Congreso tuvo nuevamente como sede a la ciudad de Mar del Plata, en Argentina, en el año 1984, contando con al presencia de delegados de once países de América. España también dijo presente nuevamente en una delegación de la Federación Espírita Española y otra de Villena, ciudad de la Provincia de Alicante.
El XIV Congreso marca la primera realización en tierras de América del Norte, específicamente en Miami, en octubre de 1987, Presidiendo el Congreso la Sra. Nidia de Sendra, quien destaca la fuerte integración de las Instituciones Espíritas de Miami y presenta representantes de 9 países de América y nuevamente España dice presente.
Tres años después, con la organización del Movimiento CIMA, tiene lugar en Caracas el XV Congreso, siendo Presidente de la CEPA el Dr. Barboza de la Torre, preside el Congreso el Lic. Jon Aizpúrua, que bajo el lema: “Allan Kardec: Maestro de todos los pueblos”, produce una trascendente Resolución final, que, en línea con las Declaraciones del V Congreso, define claramente la línea de la CEPA.
Para el XVI Congreso, la CEPA elige a la bella isla de Puerto Rico, que en octubre de 1993, abre la bella ciudad de San Juan para un excelente evento, en el que se vuelven a ratificar los lineamientos anteriores, y en su Declaración Final, entre otros puntos, agrega: “Asimismo, asume como divisa que guía permanentemente su actuación, el luminoso pensamiento de Allan Kardec, sintetizado en estos tres principios cardinales: Trabajo, Solidaridad y Tolerancia”.
Para el XVII Congreso, realizado en Buenos Aires, en octubre de 1996, se cumplen los primeros 50 años de la CEPA, y la sede de la Sociedad Espiritista Constancia, en un colmado teatro de más de 500 personas, da un imponente marco a este evento, en el que, por primera vez desde el año 1953, varias Instituciones Brasileñas ya adheridas oficialmente a CEPA se hacen presentes. Es la primera oportunidad en que un Congreso se realiza bajo la forma de talleres de trabajo, con interesantes conclusiones para todos los participantes.
Por supuesto que el XVIII Congreso, al igual que el II, tuvo lugar en Brasil, en la hospitalaria ciudad de Porto Alegre, allí, el hasta entonces Presidente de la CEPA, Jon Aizpúrua, deja su lugar al Dr. Milton Medrán Moreira, quien asume la responsabilidad con la alegría y la seguridad de sentirse acompañado por una CEPA madura, que sabe ya a esta altura de su historia cuales son sus objetivos.
Quienes quieran profundizar en algún aspecto de esta síntesis, pueden remitirse al Libro del VI Congreso, o al Libro editado como celebración de los 50 años, allí se pueden comprobar la innumerable cantidad de temas abordados: Mediumnidad, Reencarnación, Ciencia aplicada, Filosofía, Sociología, Educación,
No podemos describir aquí las consecuencias que cada uno de estos Eventos tuvo para cada uno de sus participantes, porque no podemos decir cuántas personas volvieron a sus Instituciones enriquecidos por las experiencias del intercambio, ni cuántas Agrupaciones Juveniles vieron reforzadas sus filas, o cuántas Escuelas Espíritas para Niños nacieron inspiradas por los Congresos.
Pero sí podemos agregar que, con la misma profundidad de temas, se realizaron además Trece Conferencias Regionales Espíritas, sumando en total, en estos 56 años de la CEPA, 31 eventos internacionales, es decir, más de uno cada dos años, y allí está la fortaleza de esta Institución, allí fue cimentada su historia.
En las vivencias, en el intercambio, en la riqueza de sus Conferencias Magistrales, sus Talleres de Trabajo, sus Mesas Redondas, sus Debates.
En la clara definición de principios y objetivos, en la amistad y camaradería reinante entres los participantes, en la comunidad de pensamientos, en el calor del afecto compartido, allí está la esencia, esto es la CEPA, lo que emana, lo que perdura, lo que trasciende.
No son las personas que la integran, ya que éstas fueron cambiando a través de todos estos años, pero en el pensamiento fiel a Kardec, investigador, inquisitivo, progresista, íntegro, abierto, tolerante pero firme en su definición de conceptos, allí está la CEPA.